lunes, 16 de junio de 2014

La metralla de los días.

El tedio, el veneno más poderoso al que el ser humano es adicto a inyectarse. De todas las dolencias, es el mal más inmune a nuestros desesperados intentos de erradicarlos y el más longevo.

El tedio se alimenta de nuestros propios fracasos en nuestra contienda por erradicarlo y a menudo, anclado en aquellos mal sanos hábitos que hemos tomado y mediante los cuales no somos honestos con nosotros mismos, durante años nos susurra palabras desalentadoras, nos empuja al precipicio del hastío y nos encierra en sus bastas e infinitas llanuras. Nos encarcela en un reloj de arena que nos ahoga.

El tedio es el hijo del desengaño y de las cicatrices, y

sábado, 10 de mayo de 2014

jueves, 8 de mayo de 2014

Te conozco.



Te conozco, aunque solo sea un poco, y me encantas.

Te conozco y perdona mi insolencia, pero eres tu quien me lo ha contado. Con lo que callas y lo que no, lo que lloras y lo que no, lo que saboreas y lo que no,lo que sueñas... y lo que no recuerdas haber soñado. Porque sueñas con todo, aspiras a todo y luchas por todo o... sueñas con nada, aspiras a nada y luchas por nada. Y eso te cansa.

Te pasas tanto preguntándote “Por qué” que olvidaste por qué te lo preguntabas. Pero eres así, no sabes orientarte sin haberte perdido antes del todo. Y caminas constantemente, sobre tus pasos, sobre los de otros, probándote cada idea como quien prueba un traje nuevo, para ver si holga o solo necesita algunos arreglos o si es de tu talla. Y enfermas de realidad al hacerlo. Y eso te cansa. ¿Cómo no va a hacerlo? ¿Como no vas a desorientarte de tanto dar vueltas?

Sabes perfectamente que cuando te mareas, toca sentarse, al menos hasta que todo deje de girar y girar. Pero nunca lo hace porque el tiempo sigue y eso te da miedo. Sin embargo, esa sensación te tiene a sus pies y te genera adicción, porque sabes que mientras notes ese pellizco,

domingo, 4 de mayo de 2014

Feliz día de las madres.



En el ultimo instante, apoyó la cabeza en la puerta de la calle y se paró a reflexionar. La mochila en la espalda le pesaba bastante, pero más le pesaban los pies ante la ruta que estaba a punto de tomar.

Empezó a hacerse las mismas preguntas de siempre. Esas preguntas que buscaban la razón de que se hubiese alejado tanto de ella. De por qué no le decía un esporádico y afable “te quiero” cuando es lo que más deseaba a veces. De por qué ya ni la abrazaba ni la besaba a penas. De por qué no se acurrucaba con ella en la cama o no compartían más ratos juntos. De por qué

jueves, 3 de abril de 2014

Otra Balada de Mierda!

Hoy la poesía pasa a sonar con ritmo, sobre una base de rap. De la mano y voz de Sonner junto con un servidor.

OTRA BALADA DE MIERDA.



LETRA: